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Vivir aprendiendo

 A los 5 años, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina. A los 9, aprendí que mi profesora solo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta. A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo. A los 12, aprendí que, si tenia problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa. A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo. A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada. A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños. A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mi madre cuando estaba comiendo algo preparado por mi mujer. A los 27, aprendí que el titulo obtenido no era la meta soñada. Ver  Aprendiendo de nuevo a vivir Vivir aprendiendo A los 28, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la v

La historia del lápiz

El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó: –¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí? El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto: –Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas. El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial. La historia del lápiz –¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida! –Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo. Primera cualidad : puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad. Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el

Cuando su empleado se enferme, déle el día libre

Kung Chang llamó a su jefe y le dijo: - ‘Jefe, hoy yo no tlabajal, yo estal enfelmo. Duele cabeza, duele panza, duele pielna, no voy tlabajo’. El Jefe le responde: Cuando su empleado se enferme, déle el día libre -‘Kung Chang, realmente hoy te necesito en el trabajo. Cuando me siento así de mal, le pido a mi esposa que tengamos sexo. Eso me hace sentir  mucho mejor y puedo ir a trabajar. Deberías probar, te hará muy bien’. Dos horas después, Kung Chang vuelve a llamar a su Jefe y le dice: -‘¡Jefe, no sabel qué decil! Glacias pol consejo, ya sentilme mucho mejol, enseguida yo il tlabajo. Felicito mucho, muy linda su casa, muy glande su cualto y muy buena su esposa’. Moraleja administrativa : Sea claro y explícito al dar instrucciones a sus colaboradores.

El necio que cargaba piedras

El maestro narró a sus discípulos el siguiente relato:  un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra, igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. El necio que cargaba piedras ¿Qué piensan ustedes de ese hombre? Preguntó el maestro – Que es un necio -respondió uno de los discípulos- ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba? Dijo el maestro: – Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos. Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro. Así dijo el Maestro, y los discípulos se hiciero

Hacerse rico: estas mentiras te frenan

A la mayoría de la gente le gustaría hacerse rico, pero surgen miedos. Sin embargo, la gran mayoría de los temores que te lo impiden se basan en mentiras. A la mayoría de la gente le gustaría hacerse rico. El asunto es qué hay que hacer para lograr ese objetivo que puede parecer aterrador, sobre todo si lo que piensas que se requiere limita tu felicidad o la felicidad de los demás de alguna manera.  Hacerse rico: estas mentiras te frenan Afortunadamente, la gran mayoría de esos temores se basan en mentiras, y las he enumerado en orden inverso. 1. No ser una madre soltera. Danisha Danielle Hoston, era una madre soltera de veintitantos años. El padre de su hija murió de cáncer poco después de su nacimiento. Un par de semanas más tarde, Danisha fue despedida de su trabajo y obligado a buscar auxilio social. A pesar de sus graves dificultades, no desistió y perseveró. Ese esfuerzo implacable transformó su vida, y se convirtió en una multimillonaria en el sector de lo

El cielo y el infierno

En un reino lejano de Oriente se encontraban dos amigos que tenían la curiosidad y el deseo de saber sobre el Bien y el Mal. Un día se acercaron a la cabaña del sabio Lang para hacerle algunas preguntas. El cielo y el infierno Una vez dentro le preguntaron: -Anciano díganos: ¿Qué diferencia hay entre el cielo y el infierno? El sabio contestó: -Veo una montaña de arroz recién cocinado, todavía sale humo. Alrededor hay muchos hombres y mujeres con mucha hambre. Los palos que utilizan para comer son más largos que sus brazos. Por eso cuando cogen el arroz no pueden hacerlo llegar a sus bocas. La ansiedad y la frustración cada vez van a más. Más tarde, el sabio proseguía: -Veo también otra montaña de arroz recién cocinado, todavía sale humo. Alrededor hay muchas personas alegres que sonríen con satisfacción. Sus palos son también más largos que sus brazos. Aun así, han decidido darse de comer unos a otros. El Arte de la Estrategia

Pensamiento manada, Trump y Paul Valery

El pensamiento manada ha existido siempre, pero ahora, gracias a internet y a las redes sociales, el pensamiento manada está alcanzando niveles preocupantes. “Si piensas como la mayoría, tu pensamiento se convierte en superfluo”. Paul Valéry Existen muchos estudios psicológicos en los que se demuestra que muchas de nuestras decisiones se ven condicionadas por la influencia de las creencias del grupo. El efecto de este pensamiento manada se suele hacer visible en los sesgos cognitivos de carácter social. Estos sesgos de tipo social perturban nuestras interacciones con otras personas en nuestra vida diaria. Pensamiento manada, Trump y Paul Valery Citando un caso, el sesgo de falso consenso es la tendencia de juzgar que las propias opiniones, creencias, valores y costumbres están más extendidos entre las otras personas que lo que realmente lo están. El problema es cuando la profecía se autocumple como en el efecto Pigmalion y el consenso pasa de ser falso a verdadero.

Ejercicios para manipular personas

Aquí verás cuatro prácticos, efectivos y sencillos ejercicios para manipular personas que te entrenará para que los uses en tu vida cotidiana  Ejercicio para manipular personas nº 1: Observación Este es el ejercicio básico de observar. La observación es muy importante para comenzar tu entrenamiento porque no tienes que pasar por alto ningún detalle si quieres tener un rápido progreso en esta habilidad. Al final de tu formación, es necesario que adoptes el sentido de la observación, el sentido del análisis y la deducción. Ejercicios para manipular personas Busca un lugar lleno de actividad (una plaza pública, restaurante, una playa animada, etc.), guarda silencio y observa todo a tu alrededor. El propósito de este ejercicio será retener con el máximo detalle todo lo que acabas de ver. Para ello, debes proceder a profundizar, es decir, primero debes observar (y describir mentalmente) el ambiente y los actores que se mueven en su totalidad (número de personas, grupos...

El zorro y las gallinas

Había una vez un zorro que estaba obsesionado con los huevos de las gallinas, era su plato favorito. Siempre andaba rondando por los gallineros en busca de su apreciado botín, en especial en uno. En este gallinero, las gallinas indefensas veían como cada noche el zorro se llevaba sus huevos, y si no lo dejaban hacerlo, éste las había amenazado con que se llevaría a ellas para comérselas. En esta granja, el dueño veía que su número de gallinas crecía muy lentamente y que casi no ponían huevos. Esto no le servía y pensó en vender a todas sus gallinas. Estas al enterarse de las intenciones del granjero decidieron trazar un plan. Esa misma noche cuando el zorro vino a visitarlas, le ofrecieron todos los huevos que quisiese con tal que no se llevase a los que estaban empollando. Al zorro le pareció una buena oferta y durante esa noche se llevó todos los huevos. El zorro y las gallinas Al día siguiente el granjero fue al gallinero en busca de huevos y se encontró con que

Trucos psicológicos que te harán la vida mucho más fácil

Cualquiera de estos trucos psicológicos hará tu vida más fácil y tu interacción con el mundo que te rodea.  Verás que si llevas a cabo alguno de estos trucos psicológicos, tu día a día, ya sea en la escuela, en el trabajo, con tu familia, amigos o pareja, se volverá más fácil.     1. Presta atención a los pies Si te acercas a dos personas que están en medio de una conversación y giran los torsos pero no sus pies, significa que no quieren que te unas a la conversación. De igual manera, en este truco psicológico, cuando estás conversando con alguien que crees que te está prestando atención, pero sus pies apuntan a otra dirección, significa que quiere terminar la conversación. Trucos psicológicos que te harán la vida mucho más fácil 2. Enfócate en los ojos Cuando recién conoces a alguien trata de identificar su color de ojos mientras le sonríes. Puede que te quedes mirando por unos segundos de más, sin embargo te aseguro que con este truco psicológico te res

El problema de la trampa de ratones

Un ratón, observaba a un granjero y a su esposa abriendo un paquete. Sintió curiosidad por lo que podría contener. Pero… ¡Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para cazar ratones! Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa! La gallina, que estaba cacareando, levantó la cabeza y dijo: discúlpeme Sr. Ratón…Yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada, no me preocupa. El ratón se acercó al cordero: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera! El problema de la trampa de ratones El cordero respondió: discúlpeme Sr. Ratón, no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo, será recordado en mis oraciones. El ratón se dirigió entonces a la vaca, pero esta le contestó: ¿Acaso estoy en peligro? Estoy segura que no. Entonces el ratón volvió a casa, preocupado y abatido. Aquella noche se oyó un gran escándalo, mucho movimie

Los dos jorobados

En un pueblo vivían dos jorobados a los que todo el mundo conocía. Uno de ellos, de temperamento animoso, gustaba mucho de salir, en las noches del verano, a tomar el fresco en las eras porque podía estar solo y a salvo de las burlas ocasionales y pensando en sus cosas. Allí se entretenía el hombre con sus pensamientos sin que nadie le molestara. Los dos jorobados Una noche de ésas se fue a las eras, como de costumbre, y allí estaba tumbado viendo pasar las horas. Le dieron las diez de la noche, y le dieron las once... y él, nada, tan tranquilo y tan a gusto. Y de pronto se le ocurrió, viendo que se acercaban las doce, que es la hora de las brujas, que bien podía quedarse un rato más y ver si era verdad eso de que a las doce se reunían todas ellas a celebrar sus ceremonias. Y entre que sí y que no, y entre la curiosidad y el repeluco, pasó el tiempo y dieron las doce. Y no hicieron más que dar las doce cuando empezó a ver cosas extrañas y a escuchar música aún má

El cofre de vidrios rotos

Érase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo.  Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar.  Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana. Ver Guía para quienes cuidan padres mayores El cofre de vidrios rotos El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos. - No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga. Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan. A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande.

Darwin y sus leyes positivas que no te contaron

Las leyes de Darwin que nos han ocultado y que podrían cambiar la Historia Al final de su vida, Darwin se dio cuenta de que su teoría no encajaba. Su visión del triunfo del más apto se encontró con matices que no tenían sentido Pasados los sesenta años, Charles Darwin se dio cuenta de que había aspectos que no encajaban en su teoría. Su visión de la vida como el triunfo del más apto en un contexto de lucha continua por la supervivencia se encontró con elementos que parecían no tener sentido, como eran esas conductas, caso del altruismo, incompatibles con el egoísmo competitivo. Darwin y sus leyes positivas que no te contaron Sus investigaciones giraron entonces hacia esa vertiente inexplorada, descubriendo, como asegura la escritora Sabina Berman, que "su ley no era universal, que la mayor parte del tiempo las formas vivas lo pasan cooperando, ya sea en el amor sexual, en actos de justicia, en la búsqueda del bien común, o almacenando para el grupo. Darwin fue consc

Las dos pesadillas

Las dos pesadillas que un hijo le cuenta a su padre y las moralejas que de ellas se desprende. —Buenos días, papá. —¿Has dormido bien, hijo mío? —Sí, pero tuve dos sueños extraordinarios. He aquí el primero: un perrillo hacía dar vueltas a una rueda en la herrería. La rueda, al voltear, movía un fuelle que servía para avivar el fuego de la fragua. El herrero ponía sobre el hogar largas tiras de hierro que retiraba cuando ya estaban enrojecidas, machacando sobre ellas con el martillo para hacer los clavos. De tiempo en tiempo, cuando el perro se fatigaba y la rueda comenzaba a voltear más lentamente, el herrero, enojado, hería al perro con alguno de aquellos fierros candentes. Entonces la pobre bestia se lanzaba sobre la rueda y la hacía girar con precipitación. Pero después de mucho trabajar con la rueda, el perro, debilitado ya, se detuvo de pronto y no quiso moverla más. Entonces el herrero, sin compasión alguna, descuelga un látigo que hay sobre la pared, y se pone a

Manual del perfecto seductor

El manual del perfecto seductor. No existe el hombre perfecto, ni todas las mujeres son iguales, pero hay pautas que nunca fallan para ser sedcutor. La principal de todas ellas: confianza en uno mismo.  Conquistar a una mujer es para muchos hombres una tarea hercúlea. Cada mujer es diferente, con gustos y ambiciones diferentes, pero hay unas pautas que todo hombre puede seguir para alcanzar el éxito sentimental.  Ver  Cómo seducir y atraer a una mujer Mario Luna, fundador de Seductores Científicos nos detalla un decálogo de conquista que tiene como piedra angular seducirse a uno mismo. Para ser seductor, estar a gusto con uno mismo es fundamental. Manual del perfecto seductor El decálogo se basa en activar lo que Mario Luna define como el punto GG (ganador-ganable). ŤElla tiene que saber que está ante un ganador al que puede ganarť. Alguien que merece la pena, pero que sea alguien al que pueda completar. Cada Ťmandamientoť funciona con sinergias entre sí. 1. Disf

El sembrador de dátiles

En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena. - ¿Qué tal anciano? La paz sea contigo. - Contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea. -¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos? -Siembro -contestó el viejo. -¿Qué siembras aquí, Eliahu? -Dátiles -respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar. -¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez. El sembrador de dátiles -El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor. - No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos… - Dime, amigo: ¿cuántos años tienes? - No sé… sesenta, setent

Come la fruta

El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma. - Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado. – Pido perdón por eso. – se disculpó el maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno. – Gracias maestro. – respondió halagado el discípulo. – Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites? Come la fruta – Si. Muchas gracias – dijo el alumno. – ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?… – Me encantaría… Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro… – No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte… Permíteme también que te lo mastique antes de dártelo… – No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! – se quejó sorprendido el discípulo. El maestro hizo una pausa y dijo:

El oro y las ratas

Había una vez un rico mercader que, a punto de hacer un largo viaje, tomó sus precauciones. Antes de partir quiso asegurarse de que su fortuna en lingotes de oro estaría a buen recaudo y se la confió a quien creía un buen amigo. Pasó el tiempo, el viajero volvió y lo primero que hizo fue ir a recuperar su fortuna. Pero le esperaba una gran sorpresa. -¡Malas noticias! -anunció el amigo-. Guardé tus lingotes en un cofre bajo siete llaves sin saber que en mi casa había ratas. ¿Te imaginas lo que pasó? El oro y las ratas -No lo imagino -repuso el mercader. -Las ratas agujerearon el cofre y se comieron el oro. ¡Esos animales son capaces de devorarlo todo! -¡Qué desgracia! -se lamentó el mercader-. Estoy completamente arruinado, pero no te sientas culpable, ¡todo ha sido por causa de esa plaga! Sin demostrar sospecha alguna, antes de marcharse invitó al amigo a comer en su casa al día siguiente. Pero, después de despedirse, visitó el establo y, sin que lo viera